Entrega 4 de la serie: Nueva Escuela Mexicana – Áreas de oportunidad que no pueden esperar
La niña de la lengua invisible
En una primaria rural de la montaña, una niña de tercer grado levantó la mano para participar. Quería leer en su lengua materna un poema que había aprendido con su abuela.
La maestra —bien intencionada, pero formada en la cultura escolar tradicional— le dijo:
La niña bajó la mano.
El salón siguió como si nada.
Pero lo que realmente ocurrió fue más que una corrección: una lengua fue silenciada, una identidad fue minimizada y una comunidad entera quedó fuera de la escena.
Lo irónico es que esa escuela tenía, justo en la entrada, un enorme cartel que decía:
“Respeto a la diversidad: todos somos iguales”.
Ese es el punto.
En México no faltan carteles, falta interculturalidad crítica auténtica.
Interculturalidad crítica: un principio imprescindible que la NEM pone sobre la mesa
El discurso oficial de la Nueva Escuela Mexicana lo repite con fuerza:
la escuela debe ser comunitaria, inclusiva, diversa, democrática, crítica y multicultural.
Y sí, suena bien.
Pero cuando entras a las aulas, a los Consejos Técnicos, a reuniones de supervisión o a las comunidades, descubres algo incómodo:
👉 La interculturalidad crítica está bien escrita… pero mal ejecutada.
👉 Existe en los documentos… pero no en la vida escolar cotidiana.
La idea central es contundente: no se trata solo de aceptar la diversidad, sino de entender las desigualdades que la atraviesan, las estructuras de poder que la condicionan y las relaciones históricas que explican por qué algunos estudiantes llegan con ventajas y otros con barreras que nadie eligió.
Pero la práctica escolar sigue atrapada en lo contrario:
interculturalidad funcional.
Interculturalidad funcional vs interculturalidad crítica: ¿cuál es la diferencia real?
¿Qué es la interculturalidad funcional?
La interculturalidad funcional es la que:
- Se queda en actividades folclóricas.
- Celebra “el día de las culturas” sin hablar de desigualdad.
- Menciona la diversidad, pero no toca los privilegios.
- Valora “lo indígena”, pero solo como adorno, no como conocimiento legítimo.
- Usa vestimentas o distintivos indígenas como moda, sin reconocer su significado.
- Pone carteles de respeto, pero no cambia estructuras escolares.
Es cómoda, es bonita y es políticamente correcta.
Pero no transforma nada.
¿Qué es la interculturalidad crítica?
La interculturalidad crítica, en cambio:
- Reconoce relaciones de poder, injusticias históricas y violencia estructural.
- Entiende que la escuela reproduce desigualdades… si no las enfrenta.
- Integra lenguas, culturas, territorios y memorias como saberes válidos.
- Desarrolla habilidades para el diálogo intercultural verdadero, no superficial.
- Exige cambios en la gestión escolar, los materiales educativos, la evaluación y la formación docente.
- Impulsa que el aula sea un espacio donde las diferencias no se toleran: se valoran.
En síntesis:
La interculturalidad funcional decora.
La interculturalidad crítica transforma.
La NEM propone interculturalidad crítica… pero la escuela sigue funcionando como antes
Y aquí aparece la contradicción central:
👉 La Nueva Escuela Mexicana (NEM) habla de interculturalidad crítica en los documentos.
👉 Pero la escuela mexicana sigue operando con lógica estandarizada y monocultural.
¿Por qué?
Porque transformar la interculturalidad en práctica requiere más que discursos:
- Requiere formación docente profunda.
- Requiere materiales educativos contextualizados.
- Requiere gestión escolar sensible al territorio.
- Requiere escuelas que dialoguen con sus comunidades.
- Requiere políticas públicas que reconozcan desigualdades.
Y eso no está ocurriendo.
La escuela aún invisibiliza lenguas, culturas e identidades
Este es uno de los puntos más duros, pero más urgentes de decir.
En México:
- Niñas y niños indígenas aprenden desde pequeños que su lengua “estorba”.
- Estudiantes afrodescendientes son confundidos con extranjeros.
- Hijos de migrantes cargan con estigma.
- Alumnas trans y no binarias son invisibilizadas o corregidas.
- Comunidades rurales son tratadas como “atrasadas”.
- Las culturas urbanas juveniles (rap, grafiti, skate, K-pop) se consideran “problemas”, no expresiones culturales.
Y en todos los casos, la escuela se defiende diciendo:
Esa frase, aunque se diga con amor, prolonga la desigualdad.
Porque tratar igual a personas que viven en condiciones distintas no genera justicia, genera más desigualdad.
La interculturalidad crítica exige lo contrario:
👉 Nombrar la diferencia. Reconocer la desigualdad. Atender la diversidad.
Racismo, clasismo y violencia simbólica: el enemigo silencioso del aprendizaje
Este tema incomoda.
Por eso casi nadie lo toca.
Pero tú y yo sabemos que está presente, todos los días, en cada escuela.
La violencia simbólica aparece cuando:
- Se burlan del acento de un estudiante.
- Se asume que quien habla una lengua indígena “no va a entender”.
- Se pide que “moderen su cultura para integrarse”.
- Se reprueban conocimientos comunitarios porque “no vienen en el libro”.
- Se exige silencio a quien quiere compartir su forma de entender el mundo y la vida.
- Se ignora el racismo estructural como si fuera “sensibilidad exagerada”.
El clasismo aparece cuando:
- Se mide el valor de un estudiante por su ropa.
- Se presupone que “no traer tarea” es flojera, no falta de recursos.
- Se etiqueta como “problema” al estudiante que trabaja o cuida hermanos.
- Se hacen “comentarios” sobre el tipo de comida que trae un estudiante
- Se asume la ausencia de un alumno como “falta de interés”
- Se usa el celular como privilegio en vez de herramienta pedagógica.
Todo eso afecta el aprendizaje.
Todo eso limita el desarrollo.
Todo eso contradice la NEM.
La interculturalidad crítica no solo denuncia estas prácticas: las evidencia.
¿De qué sirve un cartel de “respeto a la diversidad” sin diálogo real?
La NEM insiste en que la escuela debe promover:
- Respeto
- Diversidad
- Inclusión
- Democracia
- Comunidad
Pero el error es creer que eso se logra con frases en carteles o con actividades de efemérides.
La interculturalidad crítica exige algo más profundo:
Un diálogo sincero que no teme abordar temas difíciles para transformar la manera en que nos entendemos y relacionamos.
Esto implica:
- Escuchar historias de vida sin juzgar.
- Analizar experiencias de discriminación.
- Reconocer el privilegio donde existe.
- Aprender con la comunidad, no sobre la comunidad.
- Abrir espacio a lenguas originarias en la clase.
- Permitir que las y los estudiantes nombren su realidad.
El diálogo intercultural no es una charla pasajera.
Es confrontación, aprendizaje y cambio.
Historias de vida, territorios, memorias y comunidad: el corazón de la interculturalidad crítica
Uno de los aportes más potentes de la perspectiva intercultural crítica es que invita a poner el territorio en el centro del currículo y de la vida escolar.
Esto implica incorporar:
- Las historias de vida de estudiantes y familias
- Los saberes comunitarios
- La memoria histórica
- Las luchas territoriales
- La cosmovisión de pueblos originarios
- Las experiencias migrantes
- Las manifestaciones culturales urbanas y rurales
En una escuela con interculturalidad crítica:
- Las abuelas no son invitadas “para una actividad”; son fuentes de conocimiento.
- Las lenguas originarias no son “opción”; son parte del aprendizaje.
- La diversidad no es “tema del mes”; es el contexto cotidiano.
- La comunidad no es “pasiva”; es protagonista.
El maestro que aprendió en la comunidad
En una comunidad indígena, un maestro ladino llegó a enseñar sin presumir saber más que nadie, tratando a las personas de forma natural pero reconociendo sus dificultades. Aprendió la lengua a través de los niños y jóvenes, asistió a fiestas y reuniones como oyente y alumno, respetó usos y costumbres sin necesidad de simular, y co-construyó actividades y hábitos al relacionarse con las abuelas y los padres. Al final, la escuela ganó autenticidad y el maestro —y la comunidad— salieron enriquecidos: nadie perdió identidad; todos aprendieron.
La gran deuda: docentes formados para actividades multiculturales, no para análisis sociocultural
Este es uno de los problemas estructurales más serios.
La gran mayoría de cursos, diplomados y talleres sobre interculturalidad se quedan en:
- Colorear trajes típicos
- Realizar artesanías
- Leer cuentos de culturas
- Hacer murales de diversidad
- Cantar canciones tradicionales
- Montar un número artístico regional
Eso es interculturalidad funcional, no crítica.
La interculturalidad crítica exige comprender:
- Relaciones de poder
- Desigualdades históricas
- Procesos de colonización
- Conflictos territoriales
- Desigualdad lingüística
- Discriminación estructural
- Racismo sistémico
- Violencia simbólica
Y eso requiere formación docente profunda, situada y constante.
👉 Los ATP no siempre tienen formación especializada.
👉 Las normalistas estudian el tema de forma fragmentada.
👉 Las supervisiones piden evidencias, pero no acompañan la reflexión.
👉 La SEP propone, pero no habilita.
Hasta que la formación docente no cambie, la interculturalidad crítica seguirá siendo un sueño en papel.
¿Por qué la interculturalidad crítica es clave para el aprendizaje en la NEM?
Porque permite que los estudiantes:
- Entiendan su realidad antes de memorizar contenidos
- Desarrollen pensamiento crítico
- Nombren injusticias
- Reconozcan saberes propios
- Convivan sin violencia
- Aprendan con sentido
- Construyan identidad
- Se sientan parte del aula
- Valoren sus raíces
- Transformen su entorno
Y permite que la comunidad escolar:
- Deje atrás la escuela tradicional
- Abrace la diversidad
- Aprenda del territorio
- Cuestione el privilegio
- Trabaje desde el respeto profundo
- Genere justicia en lugar de igualdad falsa
Interculturalidad crítica en la práctica: ¿cómo se ve una escuela que sí la implementa?
Una escuela con interculturalidad crítica:
- Da tiempo para compartir historias de vida
- Permite el uso de lenguas originarias en clase
- Cuestiona estereotipos y privilegios
- Trabaja proyectos vinculados al territorio
- Invita a la comunidad a coproducir saberes
- Usa materiales contextualizados
- Analiza situaciones reales de desigualdad
- Forma a docentes en pensamiento crítico
- No teme hablar de racismo, clase o discriminación
- Impulsa el diálogo como herramienta central
No necesita una gran inversión.
Necesita sensibilidad, intención y formación crítica.
Conclusiones:
Hasta que la escuela mexicana deje de restarle validez o aparentar reconocimiento a las lenguas, culturas, identidades y desigualdades, la NEM seguirá cargando con su contradicción más grande:
👉 Prometer justicia social… mientras reproduce desigualdad.
La interculturalidad crítica es la vía para que:
- El aprendizaje tenga sentido
- La comunidad sea protagonista
- Las brechas se reduzcan
- La diversidad sea fuerza
- La escuela sea realmente nueva
Pero para lograrlo, no basta con discursos.
Se necesita:
- Formación docente profunda
- Gestión escolar sensible al territorio
- Materiales educativos contextualizados
- Evaluación para el aprendizaje con enfoque crítico
- Diálogo real entre culturas y personas
- Voluntad política y pedagógica
Cuando eso ocurra, la NEM podrá cumplir su promesa.
🗣️Conversemos:
👉 ¿Tu escuela vive una interculturalidad crítica… o funcional?
👇 Cuéntanos tu experiencia. Lo que pasa en tu aula y en tu comunidad aporta más que cualquier documento.
Hasta aquí, una mirada directa y sin filtros a la interculturalidad crítica en la escuela mexicana: lo que la NEM promete… y lo que todavía está lejos de materializarse.
Si esta serie sigue avanzando es porque tú y yo sabemos que la escuela mexicana no puede seguir ignorando su diversidad, su historia y su territorio.
Ahora sí, vamos a lo que sigue:
👉 Entrega 5 – Evaluación para el aprendizaje: del examen al acompañamiento, una revisión profunda de cómo evaluamos, para qué evaluamos y qué necesita cambiar para que la evaluación sea realmente justa, inclusiva y transformadora.
Acompáñanos.
¡Un abrazo! 🚀

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