▷ Tema 10. Trabajo con las Familias: Segunda Sesión Ordinaria del CTE octubre 2025 🥇

Docentes y familias colaborando en la escuela durante la Segunda Sesión Ordinaria del CTE octubre 2025, en el marco de la Nueva Escuela Mexicana.

En la Segunda Sesión Ordinaria del CTE octubre 2025, el “Trabajo con las Familias” se vuelve clave para transformar la educación desde la Nueva Escuela Mexicana. Descubre cómo fortalecer el diálogo, la corresponsabilidad y el bienestar de tus estudiantes con estrategias reales y humanas.

La Nueva Escuela Mexicana frente a su gran desafío: reconstruir el vínculo entre escuela, familias y comunidad.

Hay algo que toda maestra y maestro intuye, pero pocas veces se pone sobre la mesa con la fuerza que merece: la escuela no puede sola

Por más planeaciones, proyectos y programas que se diseñen, el aprendizaje de niñas, niños y adolescentes depende también del lazo que se teja entre docentes y familias. Cuando ese lazo se fortalece, todo rinde fruto: el diálogo, la confianza, la corresponsabilidad y, sobre todo, el bienestar de las y los estudiantes.

La Segunda Sesión Ordinaria del Consejo Técnico Escolar (CTE) de octubre 2025 pone el énfasis justamente en ese punto: cómo construir relaciones sólidas y respetuosas entre la escuela y las familias, en coherencia con la visión humanista e inclusiva del Plan de Estudio 2022 de la Nueva Escuela Mexicana (NEM).

Más que una tarea administrativa, se trata de un cambio profundo en la cultura escolar: reconocer que las familias no son espectadoras, sino parte activa de la transformación educativa y del derecho humano a la educación.


Propósito del tema: un nuevo diálogo entre escuela y familias

El propósito central de este tema del CTE es analizar los elementos clave de la perspectiva de la NEM en torno a la colaboración escuela–familias–comunidad.

En otras palabras, se busca revisar cómo entendemos, valoramos y fortalecemos ese triángulo que sostiene la vida escolar cotidiana.

El Plan de Estudio 2022 reconoce que docentes y familias tienen un papel protagónico para garantizar el aprendizaje y el bienestar de niñas, niños y adolescentes.

Sin embargo, no hay colaboración sin reconocimiento mutuo. Por eso, la NEM propone un nuevo pacto educativo basado en tres pilares:

  • El respeto a la diversidad familiar y social.
  • El diálogo constante y horizontal.
  • La corresponsabilidad en la formación integral de cada estudiante.
En la práctica, esto significa abrir la escuela a las realidades de las familias, comprender sus contextos y aprender con ellas. Porque solo así se puede construir una educación que responda verdaderamente a la vida.


La diversidad familiar: un espejo del país que somos

La escuela mexicana actual no recibe a un solo tipo de familia. Recibe a todas las familias: tradicionales, homoparentales, monoparentales, extensas, adoptivas, reconstruidas, temporales o de albergue.

Cada una de ellas tiene su propia historia, condiciones y maneras de acompañar el desarrollo de sus hijas e hijos.

Reconocer esa diversidad no es solo un gesto de inclusión; es una exigencia ética y pedagógica.

La NEM nos recuerda que las familias viven en realidades sociales, económicas, migratorias, culturales y laborales distintas, lo que determina también su nivel de participación y acompañamiento escolar.

Por eso, la escuela no puede juzgar ni suponer, sino comprender y adaptar sus estrategias de comunicación.

El reto es pasar del modelo tradicional de “convocar” a las familias, al de “involucrarlas” desde sus posibilidades reales, estableciendo mecanismos de comunicación inclusivos y sostenidos en el tiempo.

¿Qué actitudes tenemos en la escuela ante la diversidad de las familias?

Esta es una de las preguntas detonadoras más potentes del tema.
Nos invita a mirar hacia adentro: ¿cómo percibimos, tratamos y valoramos las diferencias de edad, género, cultura, religión o condición social de las familias?

En muchas ocasiones, sin intención, la escuela reproduce prejuicios: se comunica mejor con las madres más participativas, ignora a los padres jóvenes o juzga a quienes no pueden asistir a las reuniones.

La NEM nos pide romper con esas inercias y sustituirlas por una cultura de respeto, empatía y escucha activa.

Un buen punto de partida puede ser:

  • Ampliar los canales de participación. No todo se resuelve con juntas presenciales. Las familias necesitan tiempos y formatos diversos.
  • Evitar juicios. Cada contexto familiar tiene razones y dificultades. Escuchar primero, opinar después.
  • Reconocer los saberes familiares. Las familias no llegan vacías; traen conocimientos, historias, prácticas y valores que pueden enriquecer la escuela.
El trabajo con las familias comienza con un cambio de mirada.


El papel de las familias en el bienestar y desarrollo integral

El Plan de Estudio 2022 no deja lugar a duda: las familias contribuyen directamente al bienestar de niñas, niños y adolescentes.

Y el bienestar, en la NEM, no es solo físico, sino emocional, mental, afectivo y espiritual.

Eso implica que las familias son corresponsables de crear ambientes de buen trato y respeto, dentro y fuera de la escuela.

Pero, además, su papel se extiende a otros ámbitos fundamentales:

  • Favorecer el ejercicio de los derechos de las y los estudiantes.
  • Apoyar procesos formativos que conduzcan a la ciudadanía crítica y participativa.
  • Colaborar en el desarrollo cognitivo, afectivo y psicomotor, mediante actividades sencillas desde casa: lectura compartida, conversación, arte, juego, movimiento y expresión oral.
  • Participar en la inclusión y rehabilitación de estudiantes con discapacidad.

En otras palabras, la escuela necesita del acompañamiento cotidiano de las familias.

No se trata de delegar responsabilidades, sino de coeducar: hacer que los procesos educativos trasciendan las paredes del aula.

¿Conocemos las condiciones económicas y sociales de nuestras familias?

Una pregunta incómoda, pero esencial.
La NEM nos invita a mirar el contexto sin prejuicio, pero con sensibilidad.
Porque conocer las condiciones económicas, culturales o migratorias de las familias no es invadir su privacidad, sino entender mejor las posibilidades reales de aprendizaje de cada estudiante.

Una escuela que conoce su contexto puede:

  • Ajustar sus expectativas. No todas las familias pueden apoyar de la misma forma.
  • Diseñar estrategias más justas y realistas.
  • Evitar que las diferencias se conviertan en desigualdades.

El Programa Analítico, en ese sentido, debe codiseñarse con base en ese conocimiento del entorno.

De nada sirve planear proyectos muy elaborados si ignoran la realidad cotidiana de las y los estudiantes.


Saberes comunitarios: un recurso educativo vivo

Uno de los grandes aportes del Plan de Estudio 2022 es su enfoque territorializado.

Eso significa que el currículo no se impone desde arriba, sino que se construye desde el contexto escolar, incorporando saberes familiares y comunitarios.

En cada comunidad hay conocimientos valiosos: sobre el clima, la tierra, la lengua, las tradiciones, la salud, la alimentación o las relaciones humanas.
La escuela tiene la oportunidad —y el deber— de recuperar esos saberes y darles un lugar en el proceso formativo.

¿Cómo recuperar los saberes y conocimientos de las familias en el Programa Analítico?

  • Invitando a las familias a compartir sus experiencias en clase.
  • Diseñando proyectos comunitarios donde se combinen aprendizajes escolares y saberes locales.
  • Visibilizando el valor de lo cotidiano. Cocinar, sembrar, tejer, narrar, cuidar o construir también son saberes que educan.
Cuando la escuela abre sus puertas al conocimiento comunitario, el aprendizaje se vuelve significativo, cultural y transformador


Comunicación y corresponsabilidad: el corazón del vínculo escuela-familia

La comunicación es la base de toda relación humana, y en el caso de la escuela y las familias, define el éxito del acompañamiento educativo.
Sin embargo, no basta con informar: hay que dialogar.

¿Cómo comunicamos a las familias el sentido de las actividades que se proponen en la escuela?

Aquí el reto es doble: hacer que las familias comprendan el propósito pedagógico de lo que se hace en clase, y al mismo tiempo hacerlas partícipes de las metas educativas.

Para ello, algunas prácticas efectivas son:

  • Explicar los propósitos de aprendizaje con un lenguaje claro y cercano.
  • Usar medios diversos (carteles, mensajes, reuniones, redes, cuadernos) para mantener informadas a las familias.
  • Valorar sus opiniones y retroalimentaciones.
  • Evitar la comunicación vertical o autoritaria.

El objetivo es que las familias entiendan, confíen y colaboren.
Cuando eso ocurre, la escuela deja de ser un espacio cerrado y se convierte en una comunidad educativa viva.

¿Cómo logramos que las familias sean corresponsables de la mejora continua de la escuela?

Ser corresponsable no significa “ayudar” o “apoyar”, sino asumir un compromiso compartido.

La mejora continua no depende solo del personal docente o directivo, sino también de las familias que confían en la escuela.

Algunas estrategias útiles para fortalecer esta corresponsabilidad son:

  • Definir metas conjuntas con las familias (por ejemplo, mejorar la lectura o promover el respeto en el aula).
  • Establecer mecanismos claros de seguimiento y rendición de cuentas.
  • Involucrar a las madres y padres en los proyectos escolares y comunitarios.
  • Generar espacios de formación y diálogo permanente.


En este punto, el Consejo Técnico Escolar juega un papel crucial, porque permite reflexionar sobre las prácticas de vinculación y definir acuerdos concretos.
La meta es que la corresponsabilidad se vuelva parte de la cultura escolar, no una obligación temporal.


El buen trato: la base del bienestar educativo

La NEM subraya la importancia del buen trato como condición para el desarrollo integral.

Esto incluye el respeto, la empatía, el cuidado mutuo y el trabajo colaborativo entre docentes, familias y estudiantes.

¿Cómo puede la escuela favorecer el buen trato hacia niñas, niños y adolescentes?

  • Fomentando relaciones respetuosas entre todo el personal escolar.
  • Promoviendo prácticas de crianza positiva mediante talleres, pláticas o campañas.
  • Reconociendo las emociones y necesidades de las familias, no solo las de los alumnos.
  • Evitar el castigo o la culpabilización. En su lugar, fomentar el acompañamiento y la orientación.

Cuando las familias se sienten tratadas con dignidad, responden con confianza y compromiso.
El buen trato, por tanto, no es un adorno; es una estrategia educativa poderosa.


Hacia una comunidad educativa más humana e inclusiva

El trabajo con las familias no puede reducirse a reuniones esporádicas o circulares informativas.

Debe convertirse en una práctica cotidiana de colaboración, escucha y construcción colectiva.

Solo así se materializa la visión de la Nueva Escuela Mexicana, que busca formar personas críticas, solidarias y profundamente humanas.

El Consejo Técnico Escolar de octubre 2025 nos da la oportunidad de mirar más allá del aula, devolver el sentido comunitario a la educación y reconocer que cada familia aporta algo valioso a la escuela.


Conclusión: 

Educar con las familias, no solo para las familias

En un mundo donde la escuela tiende a burocratizarse y las familias a desconectarse, reconstruir el puente entre ambas es un acto de resistencia pedagógica.

Educar con las familias significa confiar en la fuerza de lo colectivo, reconocer la diversidad como riqueza y asumir la corresponsabilidad como compromiso ético.


El reto es enorme, pero también esperanzador:
hacer de cada escuela un espacio donde todas las voces —docentes, madres, padres, cuidadores y comunidad— se escuchen y construyan juntos la educación que México necesita.


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💬 Y tú, cómo fortaleces el vínculo con las familias en tu escuela?

🗣️ Cuéntanos tu experiencia en los comentarios o comparte este artículo con tu colectivo.

🌑​ Porque educar también es dialogar, y cada historia suma en la construcción de una comunidad escolar más justa, humana e incluyente.

Ahora que conoces más sobre el trabajo con las familias en el CTE octubre 2025; te invito a adaptar estos conceptos a tu práctica docente.


¡Un abrazo! ​🚀​

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