▷ Tema 11 | CTE Octubre 2025: Estrategias para Enfrentar el Rezago Escolar desde la NEM 🥇

Docente mexicana orienta a sus alumnos en el CTE octubre 2025 sobre estrategias para enfrentar el rezago escolar desde la Nueva Escuela Mexicana.

En esta Segunda Sesión Ordinaria del Consejo Técnico Escolar (CTE) de octubre 2025, el Tema 11 nos convoca a mirar de frente uno de los desafíos más profundos y persistentes del sistema educativo: el rezago escolar. Pero no desde la mirada punitiva o individual, sino desde una comprensión más humana, crítica y transformadora, en sintonía con los principios de la Nueva Escuela Mexicana (NEM)


El propósito es claro: analizar el rezago escolar como una construcción social, comprender los factores que lo originan y, sobre todo, diseñar estrategias pedagógicas que garanticen el derecho pleno a la educación de todas y todos los estudiantes.


¿Qué entendemos realmente por rezago escolar?

Antes de buscar soluciones, hay que definir bien el problema. El rezago educativo no es solo una cifra en los informes o un indicador estadístico. Es una realidad viva, que se manifiesta en cada estudiante que queda atrás por causas estructurales y no por falta de capacidad.


En términos amplios, el rezago educativo se refiere a la población de 15 años o más que no sabe leer ni escribir o no ha concluido la primaria o secundaria. En cambio, el rezago escolar describe el atraso en los aprendizajes de las niñas, niños y adolescentes inscritos actualmente en la escuela, respecto a la edad o grado que deberían cursar.


Ambos fenómenos están íntimamente conectados: uno es el reflejo del otro, y ambos son síntomas de un sistema que no siempre garantiza condiciones de equidad ni de relevancia educativa.


Factores que originan el rezago escolar

No se puede hablar de rezago sin hablar de contexto escolar. Las causas del rezago escolar no son solo pedagógicas, sino sociales, económicas, culturales y emocionales.

Entre las más comunes se encuentran:

  • Pobreza y desigualdad económica, que limitan el acceso a materiales, transporte o alimentación adecuada.
  • Baja escolaridad de madres, padres o tutores, lo que reduce el acompañamiento académico.
  • Embarazo a temprana edad y violencia familiar, que interrumpen la trayectoria educativa.
  • Consumo de drogas, desintegración familiar o delincuencia, que deterioran los entornos de desarrollo.
  • Acoso escolar y exclusión por género, etnia o discapacidad, que rompen la confianza y la pertenencia.
  • Insuficiencia de servicios educativos y contenidos poco pertinentes culturalmente, que desconectan la escuela de la vida real.
  • Prácticas de enseñanza tradicionales que no reconocen la diversidad de ritmos, intereses y formas de aprender.
Todo esto deja claro que el rezago no es un problema del estudiante, sino del sistema. No es que el niño “no pueda”, sino que la escuela y su entorno no siempre le dan las condiciones para poder aprender.


Desde la Nueva Escuela Mexicana: ver el rezago con otros ojos

La Nueva Escuela Mexicana (NEM) nos invita a cambiar el lente con el que miramos el aprendizaje.

El punto de partida ya no es el déficit, sino el derecho humano a la educación: que todas y todos los estudiantes puedan iniciar, continuar y concluir su formación en condiciones de dignidad, pertinencia y sentido.

Desde este enfoque, el aprendizaje es un proceso, no un resultado. Por tanto, el rezago no puede abordarse como una falta individual ni corregirse con medidas aisladas o remediales.
El verdadero reto es transformar las prácticas y estructuras que lo producen.

1. ¿Cómo dejar de ver el rezago escolar como un problema individual?

Desde el enfoque de la NEM, el primer paso es reconocer que el rezago es una consecuencia de barreras contextuales —no de carencias personales—.
Esto implica un cambio de mentalidad: dejar de “culpar” al estudiante y empezar a analizar el entorno que le rodea.

Algunas estrategias para lograrlo:

  • Identificar las barreras del contexto: pobreza, discriminación, accesibilidad, violencia, desinterés institucional.
  • Reflexionar sobre las propias prácticas docentes: ¿de qué forma la organización del aula o los métodos de enseñanza pueden estar generando exclusión?
  • Promover el diálogo en el colectivo docente: compartir casos, reconocer patrones y diseñar soluciones conjuntas.
  • Reconocer los saberes del estudiante y su comunidad como punto de partida, no como obstáculo.
💬 No hay rezago cuando hay comprensión del contexto y adaptación pedagógica.


2. Rompiendo mitos y prejuicios sobre las y los estudiantes

Una de las tareas más poderosas del CTE es cuestionar los mitos que aún persisten sobre los alumnos con riesgo de rezago.
Entre los más frecuentes:

  • “No les interesa estudiar.”
  • “Sus familias no apoyan.”
  • “No tienen capacidad.”

Pero detrás de cada una de esas frases hay circunstancias que no se ven. Tal vez el alumno trabaja para sostener a su familia, la madre no sabe leer, pero se esfuerza por motivarlo, o la niña ha enfrentado situaciones de violencia.

Desafiar estos prejuicios es esencial para mirar al estudiante con humanidad y empatía.

Solo así podremos diseñar apoyos reales, basados en comprensión y no en juicios.


3. Integrar los Ejes Articuladores: Inclusión, Interculturalidad Crítica e Igualdad de Género

En la Nueva Escuela Mexicana, estos ejes no son temas adicionales, sino principios transversales que deben impregnar toda planeación.
Integrarlos significa repensar el aula como un espacio de justicia y equidad.

Ejemplos prácticos:

  • Inclusión: adaptar materiales, tiempos y estrategias según los ritmos y estilos de aprendizaje.
  • Interculturalidad crítica: vincular contenidos con la cultura, lengua y saberes locales; reconocer los aportes de cada comunidad.
  • Igualdad de género: promover relaciones de respeto, participación equitativa y prevención de la violencia.

👉 No se trata de “agregar actividades inclusivas”, sino de enseñar desde la inclusión.


4. Trabajo por proyectos: una estrategia para dar sentido al aprendizaje

El trabajo por proyectos es una metodología clave en la NEM, porque permite vincular el aprendizaje con la vida real y atender distintos ritmos de manera colaborativa.

Cuando el conocimiento se construye a partir de problemas del contexto, cada estudiante encuentra su lugar y su voz.

Ejemplo:
Un proyecto sobre cuidado del agua puede involucrar diversos campos formativos, permitiendo que cada niño aporte desde sus intereses y habilidades.

Beneficios del trabajo por proyectos:

  • Fomenta la motivación intrínseca y la curiosidad.
  • Promueve el trabajo en equipo y la comunicación.
  • Disminuye la fragmentación del conocimiento.
  • Reduce el rezago, porque conecta los contenidos con la realidad de los estudiantes.


5. Evaluación formativa: del error al aprendizaje

Una de las claves más poderosas para combatir el rezago escolar es transformar la evaluación.

La evaluación formativa no busca sancionar el error, sino convertirlo en una oportunidad para aprender.

Aplicarla implica:

  • Observar procesos, no solo resultados.
  • Escuchar al estudiante, valorar su esfuerzo y sus avances.
  • Retroalimentar de manera constructiva y continua.
  • Promover la autoevaluación y coevaluación, fortaleciendo la autonomía y la confianza.
En este modelo, el error no excluye, sino que enseña.
Cuando el estudiante se siente comprendido y acompañado, su autoestima mejora, y el aprendizaje se vuelve más profundo y duradero.


6. El Programa Analítico: vincular contenidos con la realidad

El Programa Analítico es el corazón de la planeación contextualizada en la NEM.
Su función es conectar los contenidos curriculares con los saberes y problemáticas reales de la comunidad educativa.

Para atender el rezago desde este enfoque, el colectivo docente puede preguntarse:

  • ¿Qué temas realmente conectan con la vida cotidiana de los alumnos?
  • ¿Cómo pueden los saberes locales integrarse en las actividades de aula?
  • ¿Qué experiencias comunitarias pueden transformarse en proyectos de aprendizaje?

El resultado es una enseñanza con sentido, donde la escuela deja de ser un espacio aislado y se convierte en un centro de aprendizaje vivo y contextualizado.


7. Alianza con las familias: un trabajo compartido

Atender el rezago no es tarea exclusiva de la escuela.
El trabajo con las familias es una pieza fundamental, aunque a veces la relación esté llena de tensiones o expectativas diferentes.

Para fortalecer esta alianza:

  • Establecer comunicación constante y empática.
  • Escuchar las preocupaciones y saberes de madres, padres o tutores.
  • Invitarlos a participar en actividades escolares de forma flexible y respetuosa.
  • Evitar juicios o etiquetas, y construir confianza mutua.
Una escuela que camina con las familias, en lugar de señalarlas, logra reducir el rezago de manera más sostenible y humana.


8. Reflexión colectiva: ¿nuestras prácticas generan exclusión sin quererlo?

Esta pregunta es clave para el trabajo en el CTE.
A veces, sin darnos cuenta, la organización escolar o las rutinas de enseñanza pueden reforzar desigualdades.

Ejemplo:

  • Dar siempre la palabra a los mismos estudiantes.
  • Diseñar actividades que no consideran distintas habilidades.
  • Aplicar evaluaciones rígidas que no reconocen los procesos.
El CTE debe ser un espacio de autocrítica profesional, no de culpa.
Reconocer las áreas de mejora es el primer paso para enseñar con justicia y equidad.


9. Crear ambientes escolares saludables y participativos

Un ambiente saludable no solo es aquel donde no hay violencia, sino donde hay respeto, confianza y sentido de pertenencia.

En contextos así, el rezago disminuye naturalmente, porque el estudiante siente que su presencia importa.

  • Acciones sencillas pero potentes:
  • Saludar con cercanía y reconocer el esfuerzo.
  • Fomentar el trabajo colaborativo y la resolución pacífica de conflictos.
  • Incorporar la educación socioemocional en el día a día.
  • Promover espacios donde todas las voces sean escuchadas, incluso las más pequeñas.


10. Compromiso docente: trabajar diferente para que nadie se quede atrás

El gran cierre de esta reflexión en el CTE es un llamado a la acción.
Más que nuevas estrategias, se trata de un nuevo compromiso ético y profesional: garantizar que ningún estudiante quede fuera del derecho a aprender.

Compromisos concretos que puede asumir el colectivo:

  • Diseñar estrategias personalizadas para quienes presentan rezago.
  • Compartir buenas prácticas dentro del colectivo docente.
  • Acompañar emocionalmente a los alumnos más vulnerables.
  • Documentar avances y reflexiones, fortaleciendo la memoria pedagógica de la escuela.
En la Nueva Escuela Mexicana, enseñar diferente no es una opción, es una necesidad.
Porque educar es abrir caminos, no levantar barreras.


Conclusión: 

Hacia una escuela que no deje a nadie atrás

El rezago escolar no se resuelve con una sola sesión ni con una lista de técnicas.
Se combate repensando la escuela, mirando a las personas detrás de los números, y asumiendo que cada estudiante tiene derecho a aprender a su propio ritmo y con dignidad.


La Segunda Sesión Ordinaria del CTE octubre 2025, con su Tema 11, es una oportunidad invaluable para replantear la práctica docente colectiva y hacer realidad el principio más profundo de la Nueva Escuela Mexicana:

“Que todas las niñas, niños y adolescentes aprendan, disfruten y se desarrollen plenamente, sin que nadie se quede atrás.”


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💬 ¿Y tú, cómo enfrentas el rezago escolar en tu escuela?

🗣️ Cuéntanos en los comentarios qué estrategias te han funcionado o qué desafíos has identificado en tu práctica docente.

🌑​ Cada experiencia suma para construir una educación más justa e inclusiva. 

Ahora que conoces más sobre el Tema 11 | CTE Octubre 2025: Estrategias para Enfrentar el Rezago Escolar desde la NEM; te invito a adaptar estos conceptos a tu práctica docente.


¡Un abrazo! ​🚀​

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